Valentino me evoca la sensualidad feroz de una mujer en rojo, rojo Valentino. Pero ayer que vi las primeras fotos de su desfile Haute Couture sentí todo lo contrario, una feminidad virginal, discreta y dulce. Maquilladas y peinadas como madonas, las modelos se movían en un soplo de transparencias y estampados florales. La colección me transportó hacia un día imaginario en los alrededores de un castillo perdido en el campo francés a finales del siglo XVIII, lejos de la revolución. No es por nada que uno de los modelos fue bautizado “Polignac”... De hecho, uno de los vestidos retoma la “toile de jouy” en rojo, mi estampado favorito del mundo (cf.wallpaper de mi blog versión azul). Los detalles de bordados con perlas y encaje fueron un trabajo laborioso para las petites-mains italianas, dicen que uno de los vestidos tardó mil horas en acabarse. La colección es bastante púdica en sus cortes, sin escotes con mangas largas y refleja perfectamente la estética meticulosa y modesta de la época de la Ilustración.
No les puedo esconder que fue una de las colecciones con la cual me sentí más identificada y por lo tanto, que más me gusto. Será mi lado cheesy y fanática de Jane Austen...
Por otra parte, tengo que admitir que algunos modelos no me inspiraron tanto, sobre todo los cortos, me recordaban una mala primera comunión.
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