martes, 5 de julio de 2011

Contre vents et marées


¡El verano en el D.F. es un timo! Cuando todas las revistas nos hablan de la última tendencia en bikinis y del top 10 en protección solar, nosotros pensamos en comprarnos botas y paraguas. La primera vez que llegue a esta mágica ciudad fue en Junio del 2008 y adivinen de que había llenado mi maleta…Nada más y nada menos que 3 pares de sandalias, 10 mini faldas y unos lentes de sol! Imagínense un diluvio como hoy y yo vestida como para ir a la playa… ¡Una verdadera turista! Pero les puedo asegurar algo, lo que no faltaba en mi maleta (y lo que nunca me faltara en ningún lugar) es mi marinière. Este suéter, camiseta, playera de mangas largas o como lo quieran llamar, blanca con rayas azules que usaban los marineros y que siempre llevan los franceses caricaturizados con su boina y baguette. El verano defeño me recuerda unos veranos (lluviosos) de mi infancia en Bretaña en la que la llevaba diario. Llevo marinière desde que tengo uso de razón y creo que es así para la gran mayoría de los franceses. Cuando la llevo con este clima me siento “en total armonía” con la lluvia… Esta prenda queda con todo si la combinan bien y se ve siempre original, a menos que el mismo día en la que se la pusieron, todos sus compañeros de trabajo decidieran ponérsela también. Pero bueno, no les voy a mentir, mi inspiración para esta nota viene directamente del partido México vs Francia de la Copa de la Sub-17 que perdió ayer mi equipo. No soy muy fan de futbol ¡pero totalmente fan de su nueva playera! Estoy muy orgullosa que hasta en los estadios más remotos de México, nuestra tradicional marinière represente a mi país. 







domingo, 3 de julio de 2011

Raindays make good Sundays

En estos días de lluvia intensa, salir de casa se vuelve casi un suplicio… Y en este domingo gris y crudo decidí, por fin, abrir la caja de preparación de pastel de chocolate Betty Crocker que se escondía en la alacena. Pensé que lo que quedaba mejor para comerlo era una “buena  vieja” peli como decimos en francés, de estas que no te cansas de ver, para intentar percibir nuevos detalles y que podrías seguir sin sonido de lo bien que conoces el guion. Elegí “The Royal Tenenbaums” los empezaba a extrañar. Pero, lo que más extrañaba, creo, era su atmosfera y su marco neoyorquino disimulado, sus townhouse, brownstones y sus gipsy cabs. Viví en NY un año y su nostalgia, sobre todo en domingos, es más viva: espero regresar pronto…